En el pueblo imaginario y real del artista conceptual Wim Delvoye se puede pasar de un pantano artificial con cerdos tatuados a simulaciones de iglesias con vitrales obscenos. Nacido en Bélgica en el año 1965, Delvoye se ha caracterizado por abordar técnicas polifacéticas en la materialización de sus obras. Habiendo expuesto en los museos y galerías más reconocidas del mundo, éste se ha convertido en uno de los artistas contemporáneos más diversos y vanguardistas. Se ha posicionado y diferenciado en el medio debido a la variedad de temáticas que contempla. Contrario a una estética Biedermeier, protectora de valores retrógrados de una masa sesgada y conformista; Delvoye reta el entendimiento y la percepción de lo bello y lo decadente por medio de un lenguaje visual complejo y lleno de contradicciones. Hace poco en alguna entrevista lo oí decir, que ha considerado comprar una vereda en el sur de Francia para poder crear su propia religión y hacer de la iglesia un templo. Puede sonar pretencioso, y de hecho lo es, pero al hacer un recorrido por sus obras, sus intereses y sus comentarios, contrario a indagar en exquisiteces, el artista ha ahondado, entre otras cosas, en lo más orgánico y animal de la condición humana: la mierda y el sexo.
Los cerdos tatuados que mencioné al inicio no tienen nada que ver con temas escatológicos o sexuales. En este proyecto Delvoye hace uso de su humor frívolo y realista con el que abiertamente manifiesta las posibilidades que tiene como artista. "Art Farm" es el resultado de un proceso artístico que lleva realizando desde el año 1990. Lo que ahora es una finca a las afueras de Beijing dedicada exclusivamente a tatuar cerdos vivos, comenzó en Bélgica con pieles de cerdo conseguidas en mataderos. El belga decidió desplazar su proyecto a China, por la flexibilidad de las normas y derechos de animales. Delvoye asemeja a los cerdos con las alcancías en forma de marrano, solo que en este caso son los tatuajes y el tiempo los que harán que el cerdo se valorice. Este proyecto es continuamente una instalación viva a la cual asisten curadores y visitantes, pero cuando los cerdos mueren son disecados y exhibidos como piezas de arte, así como también se exponen las pieles extendidas y enmarcadas. En todo caso, el artista afirma que los cerdos no son sometidos a ningún tipo de dolor. La última idea del artista es realizar un reality show similar a Big Brother protagonizado por sus cerdos, en el que la audiencia y compradores puedan ver lo que los animales hacen las 24 horas del día.
El "Art Farm" al igual que su máquina "Cloaca" -la cual defeca cuando se le da de comer-, no solo proyectan mensajes sobre lo humano, lo orgánico, la vida y la muerte, la incidencia de los mensajes publicitarios, lo animal, y las contradicciones del mundo contemporáneo, sino que traen como valor agregado la voluntad irónica del artista de volverlos piezas de arte valoradas en miles de dólares. En este sentido, es evidente y de hecho lo ha ratificado, que comparte afinidades temáticas y conceptuales con el artista Piero Manzoni, famoso por su obra "Merde d´Artista;" ambos hacen de la mierda y la descomposición una reliquia.
Delvoye ha sido señalado como parte de aquellos artistas emprendedores que no tienen límite y hacen lo que se les viene en gana: Critican a sus críticos, financian sus proyectos, proponen sus mismos espacios de exhibición, y emplean técnicas de mercadeo. El belga no se limita a la venta de mierda o a la inversión en cerdos, también vende Ass Kisses sobre esquelas de hotel, tiene su propia galería, es coleccionista de arte, tiene una tienda de tatuajes, hace camisetas, tiene proyectada una iglesia ornamentada, y por supuesto, vende sus piezas monumentales que hace con un equipo de especialistas a quienes él dirige. Delvoye se ha enfrentado a varias críticas sobre el mensaje artístico de sus piezas, son concebidas por muchos como ataques neo-marxistas contrarios a la sociedad de consumo, otros dicen que no hace una crítica directa sino que por el contrario adopta el sistema y se extiende en el mismo. "No estoy acá para molestar a la burguesía, pero sí para molestar al mundo del arte siendo burgués." Sea como sea, no parece que le importe cómo es visto o criticado, pues no solo se encuentra posicionado en el mundo del arte, sino que sus estrategias emprendedoras y su éxito en las ventas lo tienen por encima del bien y del mal.
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