domingo, 31 de enero de 2010

EL RINCON DE ELBACE



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La esperanza, nombre de cartilla
Elbacé Restrepo
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Medellín

Publicado el 31 de enero de 2010

Hoy amanecí con el apellido encima. Eso quiere decir muy pesimista, o muy realista, que es casi lo mismo. Siento que el mundo está patas arriba y las soluciones a años luz.Puedo liberarme del complejo de Atlas y soltar la esfera, pero no puedo aislarme de mi país y sus dolencias, cuál peor: una guerrilla en retroceso pero viva; residuos de un paramilitarismo que no se desmovilizó; ene mil bandas emergentes, entre narcotraficantes y asesinas, acabando con la gente en las ciudades, mientras el remedio propuesto pinta peor que la enfermedad; desplazamiento forzoso, urbano y rural; desempleo y empleados mal remunerados, con excepciones como la de los congresistas. Y a propósito, un Congreso inoperante, con buena parte de sus miembros encarcelados y con unos aspirantes que dan risa. ¿O qué tal la actriz que se siente preparada para trabajar por la familia porque hizo el papel de mamá en Padres e hijos? ¿O la otra, una muy bonita que demanda votos a favor porque, ya que la conocemos por fuera, y en cueros, es interesante que la conozcamos por dentro? Su eslogan habla de la capacidad: un bizcocho en el 48. ¡Qué interesante!Sufrimos de incertidumbre política por un Presidente que no se decide, o sí, pero no dice. Padecemos una oposición cerrada que se resiste a todo, que entorpece la gobernabilidad, que critica los proyectos pero que tampoco ofrece soluciones. Entre tanto, el sistema de salud agoniza y la justicia ya casi ni cojea: ahora se arrastra. Soportamos una prensa polarizada y calumniadora, propagadora de rumores y de verdades a medias, acomodadas a sus intereses.Los fenómenos climáticos golpean la economía, pero no tanto como los hampones que se roban una piedra y vuelven por el hueco. Nuestros dirigentes, profesionales formados en el exterior regresan al país forrados en pergaminos, pero no aplican los modelos estudiados. Parece que la ética, la organización y las nociones de buen manejo se les quedaron en la maleta que nunca llegó.Somos un pueblo inmanejable. Tal vez de la escoria española que nos conquistó heredamos un gen que nos hace violentos, maliciosos y ventajosos. Hoy somos los reyes del tumbis, de la ineficacia y de la ineptitud. Disculpen los que se sienten aludidos.Dicen que los buenos somos más, pero siento que por cada uno de éstos hay tres de los otros agazapados esperando el momento preciso para mandar el zarpazo. Me parece oír a mi abuela afirmando que "esto no lo arregla ni mi Dios con piones".No obstante, creo ver por una hendija que en el núcleo familiar y en la educación está la salvación para los que vienen abriendo camino. Enseñarles, desde que nacen, que la grandeza del ser humano no consiste en quedarse con la mayor parte del pastel. Reivindicar la importancia del compromiso y de la honestidad podría ser un buen punto de partida. Y no se admiten muecas de cansancio en el proceso. La esperanza tiene nombre de cartilla: valores, valores y valores.Cambio de tema: motivo vacaciones, Por encimita y yo volveremos el 21 de febrero. Nos vemos en la esquina dominical de siempre. ¡Hasta entonces!


EXTRAIDO DE EL COLOMBIANO DE ENERO 31 DE 2010


playero x siempre

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