domingo, 18 de abril de 2010

EL RINCON DE ELBACE

¿Embarazos por amor o por contrato?


Elbacé Restrepo
Medellín Publicado el 18 de abril de 2010
El alquiler de vientres, o vientres subrogados, que suena menos comercial, no es una práctica de ayer, pero ha tomado un auge que impresiona. Desde la óptica médica es una alternativa maravillosa que propicia la vida, es decir, otro avance científico al servicio del hombre.

Pongamos el caso de una mujer de 30 años con daño de útero o con cualquier anomalía que le impida la concepción. Ella y su esposo anhelan desesperadamente tener un hijo con su carga genética, sin contemplar la adopción, porque, entre otras, no todos tenemos el corazón así de grande. ¿Deberá esta pareja conformarse, sentirse la más de malas y aceptar con resignación que no pueden ser padres, si existe la posibilidad científica de un vientre sano que puede albergar ese bebé durante nueve meses?
Suena muy lindo, cómo negarlo, y es un acto de amor que puede ayudar a conformar una familia completa.

Pero la desolación se manifiesta cuando aparecen más de 17 mil páginas en internet donde casi que igual número de mujeres ofrecen su vientre en alquiler, mediante avisos clasificados, con un rótulo implícito de "arrendamientos el útero". Las razones que aducen es facilitarle la dicha de ser padres a una pareja infértil y, de paso, pagar algunas deuditas acumuladas. Casi todas son madres solteras, pero sanas, eso sí, y con una hoja de vida que envidiaría la madre Teresa de Calcuta. Las tarifas van desde 15 hasta 30 millones de pesos, aunque algunas menos cotizadas se transan por 10. El pago se pacta a dos contados: la mitad al iniciarse el embarazo y el resto contra entrega de la mercancía.
Visto así, es un comercio con la vida, indigno, inaceptable y repugnante que le pone precio al ser humano.

Desde el punto de vista legal, en Colombia no es prohibido ni permitido, porque, cosa rara, no hay una legislación clara que la regule. Uno de los problemas más significativos se presenta al momento del parto, cuando el médico debe elaborar el registro del nacido vivo. La madre que debe registrarlo es la que lo parió, pero el niño pertenece a la que puso en ese vientre ajeno sus óvulos y el semen de su esposo. De registrarlo a nombre de esta última, el médico incurre en falsedad en documento público. ¿Quién se le mide?

Para la Iglesia no es ético ni moral. Además, pone el alquiler de vientres en la misma balanza de la eutanasia, aunque en vez de la muerte se propenda por la vida. No estoy de acuerdo, con todo respeto.

Sin ánimo de polemizar, creo que lo ideal sería que esta práctica funcionara de la misma manera que la donación de órganos para trasplantes, como un acto altruista y generoso. Y, de preferencia, entre personas con primero y segundo grado de consanguinidad, para evitar inconvenientes futuros entre arrendadora y arrendatarios, y, sobre todo, para que el nuevo ser sea considerado mucho más que un inquilino con contrato vigente por nueve meses.

Cada quién tendrá elementos de juicio en un tema tan controversial como éste, que resiste ser mirado con un ojo y repasado con el otro antes de condenarlo o aplaudirlo. Léalo, mastíquelo, piénselo y tome una posición? ¡si es tan guapo!

EXTRAIDO DE EL COLOMBIANO.COM

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola amigos de ciudad bolivar, quiero felicitarlos por esta pagina tan interesante y amena que nos dan muchas noticias positivas e informativas sobre la vida social y cotidiana de nuestro pueblo, apesar de haber salido de ciudad bolivar ahce 20 años, sigo recordandola como mi tierra, soy ciudbolivarnece de corazon, y gracias a jairo arias por los videos, nos hace llorar al ver tantos amogos que ya estan muertos en esas imagenes, gracias y sigan adelante sacando la buena cara de nuestra region, jorge humberto mejia c.