domingo, 10 de octubre de 2010

EL RINCON DE ELBACE RESTREPO


Un cuento de nunca acabar

Elbacé Restrepo | Medellín | Publicado el 10 de octubre de 2010
Érase una vez una mujer muy joven, bonita y bobita, que cayó en las redes de un astuto y viejo cazador de ingenuas. Porque todavía las hay, quién lo creyera.

No me pasa que una niña que aún no marca con el dos, sufra, llore, se consuma y esté como muerta en vida por cuenta de un hombre de cuarenta, cincuenta o hasta más, con el que se enredó en una relación amorosa de esas dolorosas, casi tormentosas. Además de viejo para ella, el tipo es celoso, absorbente y manipulador. La historia se complica si es casado, para completar el álbum de inconveniencias.

¿Que la diferencia de edades no importa? A una edad en que la muchachita debería estar construyendo criterio, pensamiento y futuro, cae redonda en las manos de un titiritero que la maneja a voluntad y la anula para el mundo. La vida en construcción se vuelve llanto, escenas de celos, encierro y depresión.

El modus operandi del conquistador es predecible:

Miradas sugestivas y un piropo disfrutado hasta la taquicardia. Luego un dulce y una notica escrita a mano. Mensajes al celular y algunas recargas de minutos, frases sueltas, romanticonas y ensoñadoras, osito de peluche para que sienta que duerme abrazada a él toda la noche, palabras empalagosas que vuelven melcocha cualquier oído inexperto. Y la caperucita moderna cae en la boca del lobo feroz. Al fin, la primera cita. Besos, caricias y declaración de amor formal que incluye confesiones: "soy casado, pero no feliz". "Vivimos juntos, pero no revueltos". "Mi vida es un infierno con ella". "Nos vamos a separar". Sí, ¡cómo no!

El futuro de la niña también es predecible:

Unos meses tan maravillosos como cortos de enamoramiento ciego. El tipo le bajará la luna, la mantendrá surtida de regalos costosos, la hará sentir la mujer más interesante del planeta y después, la más sola y desgraciada: prohibidos los amigos, las fincas, las salidas a un cine o al centro comercial. Altos riesgos que el manipulador no puede correr con su juguete nuevo.

También le espera una angustia grande a la familia de la niña, que cada día la verá más vacía, consumida y amargada por cuenta de ese ladrón de juventud.

La edad es la enemiga natural del donjuán en ejercicio, que ni por equivocación "descenderá" a los intereses de la amada, sino que ella tendrá de "ascender" a los suyos. Es posible que salgan a bailar de vez en cuando, a un bailadero de zancudos, donde nadie los vea, solos y un martes. Un sábado será imposible volarse. Él por la presión de su familia, que también la está pasando mal. Ella por la presión de él, que la controlará cada cinco minutos vía telefónica, y ¡ay si no la encuentra en la casa!

Cuando se es tan joven, enamorar a un hombre mayor es una conquista del cerro Nutibara. Y cuando se es tan viejo, enamorar a una jovencita es una conquista del ego.

Después, en ella, sólo quedará un profundo hastío y un inventario de tiempo perdido, imposible de recuperar.

¿Y la liberación? Puede ser lenta y difícil. Pero es posible que pueda borrar algunas secuelas de los daños recibidos y subir la autoestima, enredada en las uñas de los pies.

Y colorín colorado, este cuento triste pero real no ha terminado.
tomado de ELCOLOMBIANO:COM

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