domingo, 18 de julio de 2010

EL RINCON DE ELBACE RESTREPO

Hay amores... de amores

Elbacé Restrepo | Medellín | Publicado el 18 de julio de 2010
Si yo fuera hombre estaría perdidamente enamorado de Shakira. ¡Pero perdidamente enamorado! Es inteligente, talentosa, emprendedora, bonita, generosa, sin problemas de plata, discreta? ¿Qué más se le puede pedir a la vida? No lo estoy, pero mi admiración por ella va en aumento: "como el vino que mejora con los años, así crece lo que siento yo por ti". Hay amores... de amores.

No sé ustedes, pero cuando "leo" una revista de farándula: siento que perdí mi tiempo miserablemente. O que el mundo gira a una velocidad tal que me quedé atrapada, cual araña en su tela, en un pasado polvoriento. Se preguntarán por qué las leo (a decir verdad, "hojeo" es más que suficiente). Y les respondo: porque me entretienen, porque soy curiosa y porque necesito mi dosis personal de masoquismo. Pero, sobre todo, porque me ayudan a entender un poquito, muy poquito, la compleja condición del ser humano. ¿Por qué casi todos los artistas, tanto nacionales como internacionales, edifican su existencia sobre un escándalo tras otro?

Todos han sido novios de todas, sin exagerar, y viceversa. Sólo que "la relación" les dura el tiempo que pasa entre una edición y otra de cualquier revista de chismes: 15 días. A Shakira no. A veces alguna pareja "estable" bate el récord y se les ve juntos por meses, pero como el amor es eterno mientras dura, uno de los dos vio pasar la felicidad por la otra acera, se fue detrás y ¡hasta luego, talego! Shakira no.

Y con la misma facilidad con la que cambian el compañero de almohada, cambian de actividad. Hoy son actores, mañana cantantes, pintores, escritores, modelos, en fin. Shakira canta y encanta, aunque no se le entienda siempre lo que canta.

Y cambian de nombre, aunque con menos frecuencia. Una noche nos acostamos sabiendo de una actriz que se apellidaba Gardeazábal y nos levantamos con Mar. Otra se llamaba Ángelly y ahora sólo voltea a mirar si le dicen Angeline. Shakira es Shakira, por siempre.

Sin duda, los artistas tienen derecho a hacer con su vida lo que quieran, pero nosotros, como receptores de sus mensajes públicos, también tenemos derecho a cuestionarnos sobre sus frecuentes y estrafalarios llamados de atención. Benditas las excepciones que nos recuerdan que no todos viven para rendirle culto al espejo, a la banalidad, a la imagen ni al efímero instante de un escándalo que les garantizará un minuto de recordación entre su público.

Para que el mundo nunca se olvide de ella, Shakira eligió proyectarse de otro modo. Su sensibilidad social dio punto y tajada con la Fundación Pies Descalzos. ¿Que qué hacen en ella? ¡Maravillas! Entren, bien puedan: www.fundacionpiesdescalzos.com. ¡Quedan como un rejo los que alegan que nuestra Shaky se olvidó del país! No sé qué extraña sustancia tengan en la sangre algunos artistas que los hace tan especiales, pero por querer ser muy originales, acaban siendo todos iguales entre sí. Skakira no. Ella es auténtica, sin duda. Y el más brillante lucero "made in Colombia" en el firmamento mundial, sin ínfulas. No en vano, ni gratis, hace parte del selecto grupo de Colombianos ejemplares que postulan cada año los lectores de este periódico.

El hecho de ser mujer tampoco me impide estar enamorada de ella. Hay amores? de amores, pero antes de meterme en honduras, ¡dejemo

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