martes, 24 de agosto de 2010

cuatrimotos en el suroeste


Gustavo Ospina Zapata | Las cuatrimotos avanzaron por las vías y trochas de las primeras localidades del Suroeste antioqueño e incluso por Caldas, perteneciente al área metropolitana. Fue todo un espectáculo.
Entre carbón y café rugieron los motores

AYER SE REALIZÓ el Primer Cuatripaseo Aventura por Amagá, organizado por la Fundación Amigos de Amagá. Las motos cruzaron las veredas de Amagá, Angelópolis, Caldas y Fredonia llevando alegría y sueños.
Gustavo Ospina Zapata | Amagá | Publicado el 23 de agosto de 2010
Por Minas, corregimiento de Amagá, ha pasado una que otra cuatrimoto, pero una tacada de más de 150 rugiendo a todo motor sí fue toda una novedad y por eso los habitantes de este acogedor lugarcito salieron de sus casas a no perderse detalle.

Fue tal la emoción cuando hacia las 11:30 empezaron a cruzar por el parque, que Sandra Montoya, además de gritar y aplaudir a los pilotos, atinó a decirnos que "ojalá hubieran avisado con tiempo pa'uno haber salido a filmar y después colgar las fotos en Facebook".

Su amiga Fernanda Granados calificó el espectáculo con una palabra que en el lenguaje juvenil define lo que valió la pena: "¡Qué elegancia!", dijo la joven mientras veía pasar la caravana.

Eso significa que la Fundación Amigos de Amagá no se equivocó al programar el "Primer Cuatripaseo Aventura por Amagá", que invitó a los pilotos y dueños de estos vehículos, que son la sensación en el Valle de Aburrá, a recorrer los caminos, vías y trochas de esta zona de Antioquia por una causa social.

"Queremos promover el turismo de esta zona y aportar a obras sociales. En este caso, los recursos van para el Hogar Juvenil Campesino de Amagá, que ha estado en dificultades", explicó Paula Chavarriaga Ríos, directora ejecutiva de la Fundación.

Emoción y apoyo
El circuito, más que una competencia, fue un paseo para que los pilotos y sus familias disfrutaran la belleza de los paisajes y a la vez los lugareños gozaran la emoción de la velocidad y del sonido cruzando por sus propias veredas.

Esa conjunción de objetivos se cumplió a plenitud. Lo admitió Johny Muñetón, cuatrimotista, quien elogió la importancia del evento por su aporte solidario.

"Estoy acá por la causa del Hogar Campesino y también para gozarme estos paisajes tan bonitos", dijo y añadió que a la vez se logró aglutinar a los pilotos, que suelen ser muy dispersos.

Luisa Andrea Rivera, del restaurante Rancho Viejo, opinó que estos eventos deben repetirse porque activan el comercio y traen gente.

El paseo salió de Camilocé, cruzó Amagá, Angelópolis, Caldas y parte de Fredonia, en un recorrido de 70 kilómetros que tardó más de cinco horas.

Por caminos de café y carbón cruzó la caravana de cuatrimotos levantando polvo y sueños para un hogar campesino que estuvo a punto de cerrarse y que ahora recibe un nuevo impulso.

No hay comentarios.: