domingo, 1 de agosto de 2010

Estamos de Feria de Flores


Se lucieron los binomios

LA EDICIÓN NÚMERO 24 del Desfile a Caballo volvió a ser uno de esos eventos masivos de Feria de las Flores, con mucho más público que caballistas animando el recorrido.
Mario Alberto Duque Cardozo | Medellín | Publicado el 1 de agosto de 2010
Adelante, marcando el paso, un grupo de soldados usando uniformes de época, fueron la avanzada de esta cabalgata, la número 24, que se realiza como el primer evento masivo de Feria de las Flores, porque si bien los organizadores esperaban cerca de 5.000 binomios, más de 400 mil personas salen a las calle a ver pasar a caballos y jinetes.

Ayer no fue la excepción. Sobre la Regional, ataviados con sombreros, ponchos y gafas la gran mayoría de los caballistas; y a lado y lado gente, vestidos como si también fueran a caballo, destacando tal o cual ejemplar y "viendo a las mujeres", como dice Sebastián Yepes, quien madrugó para lograr un buen puesto y lo logró ahí cerca del puente peatonal de la estación Ayurá, de donde salió el Desfile a Caballo. "Y a los tipos", agrega Mónica María Girón, ubicada justo al lado de Yepes.

Otros llegaron desde anoche, o noches atrás, para cuidar un puesto, para asegurar una buena localidad para "vender". Porque los que ni cabalgan ni miran, rebuscan: se venden acomodaciones, sombreros, zurriagos, gafas, cerveza, gaseosas, algodón de azúcar, herraduras y otros aditamentos para los animales.

Hasta plásticos a mil pesos para sentarse sobre la manga húmeda de una mañana que amenazó con lluvia, pero que no cumplió y, al contrario, dejó fresca la tarde para participantes y público.

Caballos había para todos los gustos: pintados, blancos, negros, ponys y hasta unos percherones que, comparados con las bestias criollas, parecían gigantes.

"Si no he participado en todas las cabalgatas es porque no estaba en la ciudad, porque no me gusta perdérmela", indica María Adelaida Rojas, montada sobre un ejemplar que despierta la admiración de los otros caballistas.



La salida
Pasadas las 12:30 p.m., un poco más de 30 minutos después de lo anunciado para la hora de partida, los primeros caballos empezaron a andar el camino.

Adelante también iban las carrozas: la de Empresas Varias, repleta de gente alegre; la de Panaca, que se vino desde el Quindío con sus experimentados jinetes y sus peculiares caballos; y la de los actores de Caracol, que despertaba bastante simpatía entre los espectadores. Dentro de ésta todo era risas, chistes y fotos...

A Henry Acevedo el caballo casi se le sale de control. Tanto para él, como para el animal, es el primer Desfile a Caballo. "Me bajé ayer de la finca con él, se llama Pasitrotero y no está muy acostumbrado a tanta gente y a tanta bestia. Y yo es que nunca me había animado, pero unos amigos me convencieron", dice con un marcado acento antioqueño, parecido al que se oye en la telenovelas cuando alguien imita a un paisa.

Le puso flores en la crin y en la cola, y le agregó un collar hawaiano que le regaló una impulsadora de la Fábrica de Licores de Antioquia. "Calma", le pedía acariciándole el cuello y Pasitrotero pareció hacerle caso, porque después pasó como si nada, siguiendo a sus congéneres.

Así que a lomo de caballo, como antes se abrieron caminos en el departamento, pasó este evento de Feria, que sigue convocando y divirtiendo gente.

Incluso, cumple una tarea solidaria, pues recauda fondos para ayudar a diferentes fundaciones que apoyan la educación de niños especiales. Y eso es algo en lo que los caballistas, quizá sin saberlo, colaboran.

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